lunes, 30 de marzo de 2015

CHILLAR Y LLORAR


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Contaba Juan Carlos Onetti, en un video-entrevista que le hicieron en los años 70, su historia con un psicoanalista francés al que se encontró por primera vez en Buenos Aires. En la conversación que mantuvieron, el discípulo de Freud le pregunta al escritor uruguayo si le gustan las adolescentes. “Sí, mucho”, responde Onetti. “Claaaaro, porque tu tienes un complejo de Edipo con tu madre, la virginidad de tu madre, etc.”. Años después se lo vuelve a encontrar en Montevideo y es sometido a lo mismo, pero cambiando el enfoque: “¿A ti te gustan las prostitutas, las mujeres que tienen gran experiencia sexual?”. “Sííí, me gustan mucho”. “Claaaro, porque tú tienes un complejo de Edipo, porque tu madre es puta”.
Todo esto viene a cuento para ilustrar a esas personas de carácter obsesivo cuya mente blindada vive al margen de los movimientos de la realidad. Ya sea para afirmarse en sus postulados o para lloriquear las quejas. El segundo sentido es muy propio de la prensa, que siempre encuentra pega se haga una cosa o la contraria, la cuestión es vender y regodearse en el escándalo. De forma mucho más basta podríamos recordar ese dicho, creo que andaluz (yo se lo escuché hace años al entrenador granadino Lucas Alcaraz): “sois como la gata Flora, que cuando se la meten chilla y cuando se la sacan llora”.
También vale no sólo para las personas, sino evidentemente también para las creencias en sí, las religiones o el comunismo, doctrinas que han pretendido tener la respuesta a toda pregunta formulable, hasta el punto de que llegan a anticiparse a las posibles cuestiones clausurando al máximo el espacio interrogativo. O el psicoanálisis mismo. No estamos exactamente en lo que Leon Festinger definió como disonancia cognitiva, porque esa tesis implica un cambio de las creencias en el proceso inconsciente de adecuación de la teoría a la praxis. En el caso citado lo que vemos es que una misma idea da respuesta a todo. A veces tengo la sensación de que pasa también con el cambio climático, porque se indica que es tal cuando hay sequías igual que cuando se producen inundaciones, pero prefiero no ahondar en berenjenales que no conozco con exactitud.

lunes, 23 de marzo de 2015

ECLIPSES ECLIPSADOS


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

El (no)eclipse ha sido la (no)noticia de la semana. El eclipse eclipsado por unas nubes con afán de protagonismo. Cuando hablamos de eclipses estamos ante algo que no existe por sí sino como conexión azarosa de dos elementos. Es como el desarraigo, que no es más que carencia de arraigo, el fracaso de un proyecto. Todo eclipse lo es de algo: de luna, de sol o de Dios, como decía Martin Buber. Señala algo coyuntural, pero metafóricamente puede ser sujeto. Así eclipse podría ser Dios (siempre oculto), la nada del Ser, la verdad (escurridiza para todo discurso), incluso cualquiera de nuestras vidas.
Lo oculto puede ser lo mas interesante; su condición elusiva despierta nuestro sentido interrogador, pero también la angustia. Si “el exceso de luz ciega” (Pascal), la falta de claridad es un estímulo para buscar y proyectar. Pero la búsqueda más apasionante ya no sería la de lo que queda oculto (porque puede desocultarse), sino de aquello que es lo absolutamente oculto, la eclipseidad misma nunca desvelable. No hablo de religión, sino de filosofía. Ya saben, esas cosas que, al decir de Wert, distraen de lo esencial.
Ante estos eventos siempre pienso en Tintín y Kawalerowicz. Me refiero primero a esa historia de Hergé, El templo del sol, en la que su célebre creación, junto al capitan Haddock y el perro Milú, al rescate del profesor Tornasol llegan hasta el Perú, donde son capturados por unos supuestos incas y condenados a muerte, salvando la vida por un oportuno eclipse de sol que desconcierta a los victimarios. Si el sol siempre ha tenido divinas connotaciones apolíneas, de éxtasis vital, su súbito ocultamiento debía producir, sobre todo en culturas antiguas que no entendían el hecho, una conmoción absoluta, una vampirización espectral.
En cuanto a Jerzy Kawalerowicz, fue el director polaco de una curiosísima película sobre el Antiguo Egipto, Faraón (1966), donde los sacerdotes se sirven hábilmente de otro eclipse para aterrorizar a los rebeldes, haciéndoles creer que los dioses están castigando su insolencia. No soy demasiado conspiranoico, pero siempre cabe la posibilidad de que nuestros chamanes mediáticos pudieran tramar una estrategia de despiste a partir de estas circunstancias, aunque para eso el eclipse debería durar días mucho más que unos minutos.

jueves, 19 de marzo de 2015

BIPARTIDISMO PODEMITA


(mi segunda colaboración con El Periscopi de Tarabini)

Decía Nietzsche que de tanto observar el abismo uno se acaba convirtiendo en él. Mi maestro René Girard también iba un poco por ahí al avisar del peligro mimetizador que subyace a todo odio obsesivo, pues con el tiempo nos acabamos pareciendo a nuestros enemigos si nos dejamos llevar por la furia ambivalente. Y digo ambivalente porque al mismo tiempo que hay odio también se manifiesta cierta envidia por el dogmatismo de la postura del otro, por la seguridad (aunque sea aparente, incluso teatralizada) que se muestra, asomo de autonomía que es el objetivo de todo enfrentamiento nacido de un complejo de inferioridad que ambiciona sublimarse.
Tanta crítica al bipartidismo y luego resulta que la mentalidad de nuestros mediáticos críticos morados implica bipartidismo esencialista, bipolaridad al cuadrado: dos a dos, cara a cara, are you talking to me? Viene esto a cuento de la anunciada denuncia de Podemos contra Aznar, que sigue a la formulada contra Esperanza Aguirre hace un tiempo. Mucha gente ha expresado acusaciones similares (financiación venezolana de Podemos), pero las denuncias sólo van dirigidas contra vips de la derecha, personajes que por sus características de cartón piedra pueden movilizar al sector más claramente izquierdista de Podemos. Enfrentarse a Aznar o a Aguirre entraña una posibilidad movilizadora interesante, porque despierta en los más beligerantes la visceral pulsión antagonista. Se busca así (y lo mismo sucede con el PP y sus líderes citados) llevar el debate de las ideas al extremo de la estéril dualidad, en términos políticos el bipartidismo, cuestión en la que el PP al menos es más consecuente porque no pretende anularlo sino que vive descaradamente de él.
Alberto Jarabo ha ensayado en Baleares la misma táctica con sus declaraciones contra los hoteleros, que incluso fueron criticadas por un sector de su partido. Es evidente que entre una parte de los hoteleros y el PP existe un vínculo opaco (a veces no tan opaco) que es necesario poner sobre la mesa, y en UPyD hemos criticado por ejemplo que se legisle en determinados casos en su favor (el alquiler de viviendas vacacionales). Pero lo de Jarabo era un gesto 'made in Iglesias' (“leninismo amable”): puñetazo en la mesa, fijar un enemigo y sacar pecho. No parece una política muy socialdemócrata y transversal, la verdad.

miércoles, 18 de marzo de 2015

10º DEBATE EN CANAL 4

        
        Antes de que se me pase, cabe recordar que el martes de la semana pasada participé en la tertulia de Tot 4, en Canal 4 TV. Junto a Manel Carmona, Miquel Pascual y Xavier Bonet. Temas: encuestas, denuncia Coletas vs Ànsar y Palacio de Congresos.

lunes, 16 de marzo de 2015

CIRIOS Y GARROTES


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Seguramente seré el último en decir algo sobre el 'Blauets gate' y alrededores (como los casos de Selva y Sa Pobla), pero prefiero no intervenir demasiado en caliente para poder disponer así de más ingredientes sobre la mesa. Y a día de hoy parece que hay pruebas contundentes contra Toni Vallespir, como unos correos electrónicos escalofriantes en los que se atreve a practicar la obscena equidistancia con su víctima, como si la denuncia fuera tan grave como la sucesión de abusos.
De nuevo, la eclosión de la barbarie en ámbitos aparentemente consagrados a la pureza. Sucede en ocasiones, como señala Camille Paglia, que los caminos trazados por Rousseau (o cualquier otro teórico del adanismo) acaban conduciendo a los dominios del marqués de Sade. Anatole France decía que la castidad (no digamos ya si es obligada) es la peor de las aberraciones sexuales, y probablemente esa represión pueda tener algo que ver con las vías de escape salvajes que han llevado a cabo determinados miembros de la Iglesia católica. Recordemos que se trata de la excepción, no la regla, porque tanto entre anglicanos, protestantes, ortodoxos o judíos sus clérigos no están sometidos a la misma dimensión restrictiva.
También estamos ahora, como en el caso del terrorismo yihadista, ante el peligro de la generalización. Aunque el principal responsable de eso es la propia Iglesia porque, si hubiera sido históricamente implacable con los culpables inequívocos, no cabría sombra de sospecha con toda la clase sacerdotal. Pero en España nuestro deporte nacional, además de la escasa sutileza, consiste en irse al otro extremo y considerar, en este caso, que todos los curas son pederastas activos o en potencia. Conozco a un joven sacerdote que oculta su condición en la vida cotidiana, primero porque nada más saberse que es cura la gente comienza a tratarlo con hostilidad o cierto envaramiento. Y, después, porque el 90 % lo miran con gesto inquisitorial, como si fuera un violador de niños certificado. Al final parece que estamos condenados a la máxima de Caro Baroja: ir siempre detrás de los curas, unos con un cirio y otros con el garrote. Siempre tras algo a lo que santificar o demonizar, lo uno o lo otro. Todo menos la distancia crítica.

domingo, 15 de marzo de 2015

LA FUSIÓN DE MUNICIPIOS DE UPYD


 (tribuna publicada el pasado miércoles en El Mundo-El Día de Baleares)

      La semana pasada tuve el orgullo de presentar, junto a mi compañero Francisco Alegret, candidato a Cort, el proyecto de fusión de municipios elaborado por mi partido, Unión Progreso y Democracia. Es sintomático de lo mal que estamos que un plan que se ha aplicado ya en toda Europa (salvo Francia y España) haya despertado aquí reacciones de tanta extrañeza e incluso indignación. Tal es la confusión, y en muchos casos la mediocridad, que nos inunda, que se hace necesario explicar un poco en qué consiste este proyecto. Mientras la mayoría de partidos se dedican a vivir de generalidades, vendiendo humo, nosotros ofrecemos propuestas concretas, además de valientes. Por eso hemos dedicado todo un año al análisis de este problema, para no seguir siendo la excepción europea y proponer así un remedio adecuado y viable. Este es nuestro punto de partida, pero estamos dispuestos a debatir con cualquier partido. Eso sí, exigiendo que el cambio del sistema vigente es necesario y no puede demorarse por más tiempo.
Por eso hemos elaborado una propuesta de fusión de municipios (112 páginas), coherente, minuciosa, con el objetivo de lograr la mayor eficiencia posible en la administración. Para ello, seguimos la pauta europea (municipios de entre 10000 y 20000 habitantes) que ya han asumido todos los países y proponemos reducir los 67 ayuntamientos actuales, dejándolos en 16. Se analiza el coste de la corrupción, la exagerada cantidad de entes públicos existentes y de representantes políticos, el gasto que ha de pagar el ciudadano por tanta burocratización, etc. Los ayuntamientos han aflorado con esta crisis un despilfarro evidente y electoralista (proliferación inasumible de pabellones, teatros, piscinas, etc.), mostrando una insostenibilidad continua que no ha hecho más que afianzarse en el tiempo, desgarrando la economía de las familias y aumentando las diferencias sociales. Por esta razón es urgente darle una solución, y la fusión de municipios está ideada para dar herramientas de eficiencia a los nuevos consistorios, reduciendo el gasto de una forma notoria con el fin de mejorar y aumentar los servicios que se prestan.
Pretendemos tambien combatir el ideal confuso y segregador que nos ha caracterizado desde hace demasiado tiempo: confundir la identidad de una población con la del propio ayuntamiento. Baleares se compone de unas 314 poblaciones, cada una de las cuales tiene su propia idiosincrasia, sus fiestas, su espacio territorial y su contexto de pertenencia. Todo eso permanecería igual. Pero no se puede asimilar pueblo a ayuntamiento, porque si ya es insostenible mantener los 67 ayuntamientos existentes (con 6 que tienen menos de 1000 habitantes), imaginemos si pusiéramos uno en cada una de estas 314 poblaciones...
UPyD también propone en su programa electoral la eliminación de los Consells Insulars, que duplican funciones del Govern Balear. Con unos ayuntamientos grandes y con amplios recursos (asumirían competencias de los Consells), no serían ya necesarios. El ahorro que podríamos obtener con estos ajustes sería del orden de 267 millones de euros anuales. Dinero que podría dedicarse a ámbitos más necesarios para el día a día del ciudadano, como la sanidad, la educación, los servicios sociales y el medio ambiente, que así dispondrían de unos recursos adecuados para no ser siempre las víctimas de las crisis económicas y sus recortes correspondientes. Se descartan las mancomunidades como base de la fusión de municipios, debido a que son entidades que se han ido creando como parches incapaces de asumir la realidad insostenible de nuestra burbuja municipal. El trabajo realizado ha privilegiado otra figura más funcional y asequible: la comarca. Otros criterios tenidos muy en cuenta son la proximidad geográfica, la dotación de servicios y el menor perjuicio para el ciudadano, los centros sanitarios y escolares, comunicaciones, servicios sociales, paisaje, actividades económicas y lo medioambiental.
Si de inicio los partidos de poder han engañado a la ciudadanía haciéndoles creer que les beneficia la multiplicación de entes administrativos (cuando quienes salen ganando, con diferencia, son los infinitos viveros de la partitocracia, sedientos de sueldos públicos generosos y sin exigencias), ahora nos encontramos con que tratan de persistir en la estafa, con la inestimable ayuda de su guardia de korps mediática, haciendo creer que esta propuesta de fusión de municipios es una ocurrencia propia de unos frikis cuando resulta que todo el continente lo ha aplicado satisfactoriamente. Unos hablan de locura, otros de utopía, pero ni una cosa ni la otra, sino simple y llanamente normalidad y eficiencia que se ha llevado a buen puerto para beneficio de los ciudadanos. Aquí seguimos aplicando, aunque desde otras coordenadas ideológicas, el famoso lema de Fraga, el “Spain is different”. Encapsulados en nuestra burbujita, no queremos saber qué es lo que funciona en el mundo desarrollado, preferimos seguir apostando por la España negra, torpe y cainita que nos ha llevado hasta aquí.
Las resistencias que se han ido manifestando se deshacen con facilidad. Sin haberse tomado la molestia de leer el estudio, alegaban algunos medios o periodistas vía twitter que esta propuesta no respeta la personalidad de los pueblos de Baleares. Siempre tropezamos con la misma piedra: las sacrosantas identidades, la mayoría sustentadas en el visceral odio al vecino, que no pueden permitir que se aplique en pleno siglo XXI un ideal de ciudadanía dinámico e integrador. Al contrario, incluso desde ideologías supuestamente progresistas, se pretende que esas estériles rencillas queden amparadas por ley, intocables e invariables. ¿Por qué la administración municipal debería respetar las disputas atávicas entre Ariany y Petra o entre Búger y Campanet? Al contrario, si nos preocupa verdaderamente la salud de nuestra sociedad y su horizonte común, deberíamos trabajar en pro de la superación de estos absurdos provincianos, salir del autismo antagónico y movernos conjuntamente por un futuro mejor donde todos sumemos.
Con esta propuesta estamos convencidos de que sucederá lo mismo que pasó con los aforamientos: primero, respuesta airada en contra, con insultos incluidos, negando su necesidad e incluso su legitimidad, para después, en unos dos años, acabar asumiendo todos la propuesta con entusiasmo pero sin reconocer quién la planteó primero y, además, sin retirar los insultos proferidos, faltaría más.

lunes, 9 de marzo de 2015

MARCA IBERIA


 (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

Frecuento poco los aeropuertos. No me gusta volar, aunque tampoco me da miedo; sé que tenemos más probabilidades de matarnos en un accidente de coche. Precisamente por eso me llama la atención descubrir, gracias a una azafata, que tengo a mi doppelgänger transitando a todas horas de uno a otro sin parar. Tiene lógica que alguien tan similar luego manifieste costumbres muy diferenciadas, porque si tuviera las mismas ya no sería mi doble, sino yo mismo. Como también tiene su sentido que es Cap Blanc, al que considerábamos como un escenario de sucesos truculentos ya propio del pasado, regresara a la actualidad. Desde hace dos años están vallados los límites de su carretera, pero parece ser que una señora encontró una rendija la semana pasada para lanzarse con su coche, acantilado abajo, siguiendo la costumbre de tantos suicidas mallorquines.
En cosas tan edificantes como estas tuve tiempo de reflexionar durante las 4 horas que Iberia me dejó tirado en Son Sant Joan este viernes. Peor aún fueron las mentiras que nos soltaban con toda la cara, con más teatro que un futbolista español simulando una agresión: que si el problema es de Aena, que si ha sido un fallo técnico del avión, etc. Pero un amigo desde el aeropuerto de Ibiza me iba contando la verdad: se había caído el sistema informático de la compañía aérea, de por sí bastante obsoleto (15 años de servicio). Con un detalle añadido: resulta que Iberia es la única aerolínea que carece de soporte de reemplazo para estas ocasiones. Y, peor todavía, no tenían switch de reserva (sólo cuesta entre 50 y 80 euros), así que el aeropuerto pitiuso les tuvo que dejar uno para solventar el problema y dejar de hacer las facturaciones a mano. Eso evitó que tuviera que llegar un técnico desde Mallorca para arreglar el desastre. Unas 7 horas de caos que no fueron a peor porque no estamos en verano...
Imagino que no se quiso reconocer el motivo real para evitar los reembolsos del billete debido a las reclamaciones. Como hay familias de suicidas que prefieren que la muerte de su allegado se considere un accidente para poder cobrar el seguro de vida que éste había suscrito.

domingo, 8 de marzo de 2015

EL PSIB QUE FUE JUEVES


 (esta semana me estrené en las páginas de El Periscopi de Toni Tarabini)

Del PSIB se pueden decir muchas cosas, pero desde luego lo que debería quedar fuera de toda duda es que han perdido el hilo de su discurso ideológico, a la par que han ido dejando saltar por la borda a miles de votantes que eran, o eso parecía, incondicionales del socialismo español. En ese sentido, han seguido la misma trayectoria del harakiri que el PSC, referente en tantas cosas. Recordemos que en 1999, las últimas elecciones catalanas a las que se presentó Jordi Pujol, Maragall todavía defendía un discurso llamémosle estatal que no transigía con el catalanismo imperante. Perder esas elecciones (por escaños, otra cosa sucedió con los votos, víctimas del extraño sistema electoral catalán) lo trastornó, por lo que se ve, pues a partir de ese momento el PSC entró en una extraña melopea que los llevó a hacerse cada vez más nacionalistas, pidiendo perdón por no haberlo sido lo suficiente hasta entonces. En la campaña del 2003 dio síntomas claros de ese viraje, cosa que se vio radicalmente confirmado tras las elecciones, con el pacto tripartito con ERC (e ICV). Desde entonces, siempre la misma historia: pérdida hemorrágica de votos tras cada elección. Reflexión: no hemos sido todavía lo suficientemente catalanistas, tenemos que serlo aún un poco más. Siguiente elección: mayor chorreo de votos. Llevan ya 700.000 votos que se han escabullido por el sumidero. Y así hasta llegar a su objetivo, que debe ser sumergirse en el limbo, la nada, la disolución.
En Baleares, salvando las distancias, la gente del PSIB lleva un camino muy similar. Pero cuando observas determinadas cosas, no extraña en absoluto que eso suceda. Por ejemplo, llama la atención la cantidad de dirigentes que se amamantaron en las ubres del PSM. Independientemente del motivo que provocó el cambio de chaqueta (voluntad de tocar poder, tal vez), lo importante es que la ideología del partido se fue transformando paulatinamente. Antich, Adrover, Jaume Armengol, Ferrà-Ponç, etc., siguieron ese camino. Y eso por no hablar de algo que suele recordar Ramón Aguiló, ese cambio de orientación ya más explícito, en clave pro-nacionalista, a partir del congreso (creo que de 1994) cuya ponencia principal corrió a cargo de Joan March. No me digan que no hay diferencias entre socialistas históricos como el mismo Aguiló, Emilio Alonso o el fallecido Félix Pons y las actuales huestes de Francina Armengol. Años luz de extrañeza. Una Francina, por cierto, que personifica también esa confusión ideológica del partido, porque es llamativo que haya alcanzado la cúpula del mismo una persona que pasó por ERC y que en muchos aspectos está más cercana al ideario del PSM que del socialismo. Otro caso de cierta desubicación ideológica en el mando del partido se vislumbra con mi querida Silvia Cano, compañera de fatigas filosóficas en la UIB, que es la lideresa del PSIB de Mallorca, pero que tiene unas convicciones que están más cercanas a IU o a Podemos que a su partido. En ambos casos, curiosamente, nos encontramos con un vínculo paternal (el citado Jaume Armengol, último alcalde socialista de Inca; y Paco Cano, ex-secretario general socialista en Calvià) que explicaría su éxito en el organigrama del partido. Al final, podríamos tirar de literatura para recordar ese fascinante El hombre que fue jueves de Chesterton, historia en la que una organización de malhechores (y disculpen el spoiler, pero estamos hablando de un clásico que deberían conocer sí o sí) resulta estar formada en sus mandos principales por infiltrados de la policía. Más o menos, es lo que ha cristalizado en el actual PSIB, en los últimos meses que le quedan como segunda fuerza política de Baleares.

lunes, 2 de marzo de 2015

TENTATIVAS DE AUTOLISIS


  (artículo publicado hoy en El Mundo-El Día de Baleares)

No creo que pueda mantener en estado de atención a muchos lectores si comienzo hablando de algo que me importa mucho, como es el Mundial de cricket que se está disputando en las Antípodas, con el partidazo que se marcaron este pasado fin de semana los anfitriones, Nueva Zelanda y Australia. Así que me decanto por algo diferente, aunque parecido (por lo que supone el cricket de muerte social voluntaria): el suicidio. Se han hecho públicas las cifras sobre suicidios en España durante 2014. Es un tema que siempre me ha interesado, tal vez por mi dedicación a la filosofía (decía Camus que el suicidio es el único “problema filosófico verdaderamente serio”). El tabú social que lleva a muchas familias a esconder la causa de la muerte de alguno de sus miembros o que conduce a los medios a no informar de ellos o hacerlo de forma elusiva. ¿Y qué dicen los datos de 2014? Pues que junio es el mes de la muerte voluntaria, curioso. O que los hombres se suicidan mucho más que las mujeres (relación 3/1), intentándolo éstas tres veces más, más curioso todavía, qué poca efectividad. No acostumbramos a pensar en nuestros conciudadanos que nos dejan libremente, optando por la tentativa (exitosa) de autolisis. Diez personas al día en España, y eso que tenemos cifras bajas comparados con otros países.
Probablemente todos habremos pensado en la idea del suicidio en algún momento de nuestras vidas, aunque no sea en un grado de tentativa muy explícito. Sin embargo, me cuesta creer que ciertos individuos hayan tenido alguna vez la pretensión de autoaniquilarse. Hablo, por ejemplo, de esos líderes políticos que dan la medida de su dignidad (o de la falta de la misma) cuando caen en desgracia. La astracanada de Jaume Matas en la cárcel de Segovia vuelve a recordarnos esa carencia de nuestros peores gobernantes. Tras su ineficiencia y corrupción, siempre recurren a supuestos o exagerados problemas de salud para montarnos un show y darnos penilla. Munar, Mubarak, Pinochet, etc. Lo del chileno fue antológico: meses y meses en Inglaterra medio muerto y en silla de ruedas, para revivir milagrosamente nada más aterrizar en Santiago, cual Doctor Strangelove en el final de la película de Kubrick.
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